Cómo se descubrió el electrón

Ya en el año 1874, el físico irlandés G. Johnstone Stoney definió a los electrones como una unidad de carga electroquímica y en el año 1897 fue confirmado por los descubrimientos de Joseph John Thomson en el Laboratorio Cavendish de la Universidad de Cambridge.

Gracias a los trabajos de Maxwell y al descubrimiento de los rayos X, Thomson llego a la conclusión de que existían partículas subatómicas con carga negativa a las que denomino corpúsculos. Aunque ya estaba instalada la idea de los electrones por las definiciones de Stoney, fue Thomson quien descubrió las características fundamentales de los electrones.

Pero para confirmar su existencia era necesario poder medir las propiedades de los electrones, en especial su carga eléctrica. Esto se pudo lograr gracias al famoso experimento de la gota de aceite, recién en 1909 y a cargo de Robert Millikan.

En el año 1937, George P. Thomson, hijo de J. J. Thomson ganó el premio nobel de física al demostrar con certeza la naturaleza ondulatoria de los electrones, logrando observar su difracción a través de una lamina metálica. Este experimento condujo a un patrón de interferencias como el que se obtiene en la difracción de otras ondas como las ondas sonoras o de luz.

La carga eléctrica de un electrón puede medirse directamente con un electrómetro y la corriente generada por su movimiento con un galvanómetro. Seis años después del descubrimiento de Thomson, Stoney propuso la existencia de estas partículas y dedujo que tenían cargas eléctricas, por lo que las llamo electrones.

Posteriormente, otros científicos demostraron que el electrón tiene una masa 2000 veces menor que el átomo de hidrogeno.